sábado, 22 de octubre de 2011

Introducción

Nadie podría decir que la vida de Abby fuese diferente a la de los demás. Tenía un trabajo estable en un banco respetable, un departamento que lograba pagar mes a mes y un novio que si bien no era perfecto, estaba bien. Sin embargo, no podía evitar sentir que algo no andaba bien. Había días en los que simplemente se sentía agobiada por el mundo y solo había una forma de escapar de la locura de la ciudad: Sailor Moon. Había visto el anime cuando tenía 10 años y su fanatismo había aumentado con la edad. Ahora, una década después la única cosa que evitaba que saliera corriendo de allí era sumergirse en el anime, el manga o incluso en las geniales historias creadas por otras fans. Solo sus amigas más cercanas y su novio, Derek, lo sabían; y a pesar que no dejaban de repetirle que ya era demasiado grande para esos “dibujitos”, Abby seguía encantada con las aventuras de Serena y sus amigas. Por más que hubiera visto cada capítulo más de mil veces y que se supiera los diálogos de memoria, no paraba de emocionarse con cada palabra de aliento, cada emoción, cada beso...

Porque si a Serena la admiraba, de Darien estaba completa y locamente enamorada. Pero, después de todo, ¿qué fan no lo estaría? Su seriedad, el color negro de sus cabellos, sus celos (que los mostro solo en un par de capítulos, pero valen igual) y aquellos profundos ojos azules podían enamorar a quien el quisiera. Envidiaba a Serena, sin siquiera detenerse a pensar que solo eran personajes ficticios.

Sin embargo, una noche, su mundo se invirtió patas arriba cuando, de un momento a otro, se encontró en el mundo con el que había soñado miles de veces.

Sin saber si es un sueño o la pura realidad, Abby se adentrara en la cuidad de Tokio para encontrarse cara a cara con las sailor scouts y los demás. ¿Pero que pasara cuando, debido a su interrupción, las cosas no terminen como en verdad deberían hacerlo?

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